25/11/10

Plataforma en Junta de Educación. FUP + Juventud UTE + Insurrexit: Pública y Popular, Lista 27



¿Quiénes somos?

Somos un conjunto de estudiantes de Ciencias de la Educación que participamos de distintas instancias ligadas a nuestra carrera: sindicatos docentes, organizaciones socio-territoriales, centros culturales y agrupaciones universitarias. Somos parte de distintos espacios de trabajo y de distintas experiencias vinculadas a lo educativo, ya sea como docentes y delegadas gremiales en el ámbito sindical; alfabetizadoras y educadoras populares en el ámbito socio-territorial; y como adscriptas y becarias de investigación en el ámbito de la Universidad. 1

Nos fuimos encontrando en diversos espacios: en la Facultad, en marchas, en actividades militantes… y del intercambio surgió la sensación compartida de que en la carrera de Ciencias de la Educación existía un espacio vacante.

Un espacio vacante que tiene que ver con “la Escuela”, o para ampliarlo un poco más, con la Educación Pública en sí misma, que a veces pareciera más un objeto teórico (sobre el que hemos leído textos y más textos) que un objeto de la realidad concreta, porque much@s de nosotr@s no hemos accedido a su conocimiento desde la experiencia directa.

¡Y entonces decidimos hacer algo!

Decidimos juntarnos, constituirnos como un colectivo que se proponga lograr que la problemática de la Educación Pública sea abordada en nuestra carrera, no sólo como objeto teórico sino como un espacio de participación concreto, conformado por sujetos diversos y por diversas problemáticas: didácticas, pedagógicas y políticas. Una Educación Pública que se halla inmersa en la realidad nacional de la cual es parte, y a la cual (estamos convencidas), contribuye a formar y transformar.

Nos preguntamos cómo podemos vincularnos de manera más profunda con las instituciones educativas y sus docentes. Cómo generar una producción colectiva que aborde las problemáticas de la escuela, que nos integre de manera productiva y solidaria con los diversos actores que componen el sistema educativo en todos sus niveles. Cómo aportar a la construcción de un sistema educativo y una política educativa para el país en el que queremos vivir y estudiar, y en que queremos que el día de mañana vivan y estudien nuestros hijos.

Porque fundamentalmente, creemos que es hora de contribuir a profundizar un modelo de Educación pública más justo e igualitario que garantice el acceso efectivo y pleno. Esta temática debe ser, a nuestro entender, el centro de la discusión y la acción colectiva de toda la comunidad educativa: docentes, directivos, inspectores, agentes gubernamentales, padres, alumnos, sindicatos y demás actores que muchas veces, en el marco de la Universidad, son invisibilizados o son representados meramente como una construcción teórica.

Porque estamos convencidas de que la educación pública y la escuela pública constituyen la herramienta institucional central para la transformación y que nosotr@s, futur@s graduad@as de Educación tenemos mucho que aportar en la construcción de esa educación. Pensando y trabajando para que “la escuela” sea cada vez más pública y más popular.

¿Porqué Pública y Popular?

En los últimos años los debates acerca del rol de la educación pública y el sistema de educación formal recuperaron un lugar central en la agenda de discusión política del Estado y de la sociedad toda. Muchas veces esos debates no tuvieron repercusión en nuestra carrera y en nuestra formación.

Creemos pertinente mencionar algunos hechos, hitos, en tanto marcan una ruptura con las políticas neoliberales en educación, cuya centralidad venía desde hace décadas: la Ley de Educación Técnica en el año 2005; la Ley de Educación Nacional promulgada en el año 2006, con la que, entre otros temas relevantes, se hizo obligatoria la educación media y se buscó desfragmentar el sistema educativo nacional; la ley de educación sexual integral para todos los niveles de educación, promulgada en 2007. Además, se promovió la vuelta a la escuela de una gran cantidad de niños y jóvenes a través de la Asignación Universal por Hijo a partir del año 2009.

Cómo futuros graduad@s no podemos permanecer al margen del debate: debemos involucrarnos y reflexionar acerca de cómo estas medidas afectan la realidad concreta y cuáles son los desafíos de trabajo que se nos plantean a partir de ellas. ¡Queremos instalar estos debates en nuestra formación y nos parece que es el momento de comenzar a hacerlo!

La defensa de la educación pública ha formado parte de las grandes luchas populares que han atravesado toda nuestra historia nacional. De un tiempo a esta parte, el Estado ha recuperado su rol de garante y responsable de un conjunto de demandas educativas largamente acalladas por la experiencia de la última dictadura militar y por el neoliberalismo. Fueron sin duda los procesos de organización de nuestro pueblo los que permitieron defender y reclamar por más y mejor educación para que, luego de años atravesados por políticas educativas digitadas desde los organismos internacionales de crédito, de desprotección y de deslegitimación del rol docente y expulsión de grandes masas de población de la escuela, un nuevo escenario político y educativo pueda abrirse. Un escenario donde la escuela pública vuelve a ser valorada, defendida y legitimada, y un escenario donde aún queda mucho por pensar y hacer para lograr uno de los objetivos principales: que todos los niños y jóvenes de nuestro país tengan la posibilidad de cursar en escuelas primarias y secundarias de calidad, de las que egresen preparados para decidir su futuro personal y profesional sin restricciones de ninguna índole. Hacer realidad efectiva el derecho a la educación para todos y todas.


Entendemos que los espacios educativos que se dan por fuera de la educación formal son producto de la organización popular ante un Estado ausente durante mucho tiempo y que aportan elementos novedosos para mejorar la propia escuela, pero creemos que la educación pública constituye el espacio privilegiado para profundizar un proyecto de país inclusivo e igualitario.

Seguramente estarás de acuerdo en que en nuestra carrera existe un escaso vínculo con el sistema educativo formal. En los años de nuestra formación son muy pocas las experiencias que nos acercan al aula. No despreciamos la formación teórica pero creemos que en todo proceso formativo es imprescindible la contrastación con la realidad, es decir, ver, escuchar y oír lo que sucede, dialogar con esos otros que están inmersos cotidianamente en esos espacios, para luego ensayar un pensamiento propio sobre esa realidad.


  • Porque creemos que el desafío consiste en repensar la Educación Pública, y hacerlo en la acción, con los distintos actores educativos: docentes, padres, madres, organizaciones territoriales, sindicales, entre otros.

  • Porque el desafío es aportar a construir un pensamiento que recupere lo mejor de la tradición de la educación popular, para introducir sus principios de transformación y liberación en la Educación Pública.

  • Porque consideramos que esa es la tarea fundamental: construir un Sistema de Educación Pública pensado con y para nuestro pueblo.


¿Qué proponemos?

Éstas son algunas de las cosas que nos gustaría impulsar en la Junta Departamental de nuestra carrera:

  • Charlas- seminarios con docentes, sindicatos de trabajadores de la educación y actores gubernamentales del sistema educativo que nos permitan profundizar los debates y nos provean más elementos sobre nuestra realidad nacional y educativa, y los desafíos que plantea para plasmarlos en propuestas de acción concreta.


  • Exigir la instrumentación de créditos de investigación y de campo con mayor nivel de articulación con el sistema educativo formal.


  • Promover Prácticas de extensión en el CIDAC (Centro de Innovación y Desarrollo para la Acción Comunitario) de nuestra Facultad ubicado en el barrio de Barracas. Desarrollar vinculaciones entre las escuelas de la zona; sumar al trabajo territorial los conocimientos específicos que podamos aportar por nuestra formación académica.


  • Promover una mayor participación y una mejor circulación de la información en lo atinente a nuestra vida académica:

- Llamado a Adscripciones y reclamo constante por el reconocimiento de las mal llamadas ayudantías de segunda (las estudiantiles).

- Becas de investigación para estudiantes (Beca Estímulo y otras).

- Renovar el planteo por horarios de cursadas que se acomoden a las necesidades de los estudiantes y contemplen la dinámica laboral de muchos de nosotros.

- Debe mejorarse el reparto de aulas, para que sean acordes a la cantidad de inscriptos en cada materia.


  • Afianzar la vinculación con el Departamento y con el Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, y promover una mayor participación estudiantil en las actividades que llevan a cabo dichas instituciones: en la Revista del IICE, en los ateneos de formación y en los seminarios que se organizan.


  • Seguir participando y alentando la participación en el debate acerca de qué Plan de Estudios necesitamos y queremos para nuestra carrera.


  • Organizar con otros compañeros espacios de discusión, reflexión y de propuestas sobre la nueva Ley de Educación Superior.


  • Fortalecer la Asamblea de Ciencias de la Educación, como el espacio de participación y debate entre compañeros de la carrera que pueda fortalecer la presencia de nuestros representantes en la Junta Departamental.


¡Sumate!




publicaypopular@gmail.com


1 Por ahora este colectivo está compuesto sólo por compañeras. Queremos que crezca cada día más, ser cada día más, sumar más compañeras y compañeros, pero nos pareció que mientras fuéramos todas mujeres los sustantivos que lo ameritaban debían ir en femenino y no en el “universal y neutro” masculino.


24/11/10

Plataforma en Junta de Antropo - Lista 27, FUP + Insurrexit + Estudiantes No Agrupados: MANA, Fuerza Colectiva



Plataforma para Junta Departamental de Ciencias Antropológicas

Noviembre y Diciembre de 2010


MANA

FUERZA COLECTIVA

"El único héroe válido es el héroe colectivo.

Nunca el héroe individual... el héroe solo"

Héctor G. Oesterheld.

El mana es una fuerza colectiva de orden inmaterial que se cimienta tanto en los objetos como en las personas. Como estudiantes reunidos en torno a definidos objetivos, creemos que es la fuerza colectiva aquella que impulsa los cambios materiales y simbólicos en un espacio concreto.

La fuerza colectiva que nos impulsa es el sentido que proponemos inscribir en nuestras acciones. Acciones que contienen nuestra fuerza del “dar” y que sienten la necesidad del “volver” recreando lazos de identidad, reconocimiento y pertenencia al colectivo del cambio.

El sustrato material con que cuenta esta fuerza somos nosotros: las personas que apuestan al develamiento y al desocultamiento de su subjetividad.

Somos un colectivo de estudiantes agrupados que provenimos de diferentes fuerzas políticas (La Simón Rodríguez, La Cámpora, y el Movimiento Universitario Evita y en el FRENTE UNIVERSITARIO POPULAR e InsurreXit en el Nuevo Encuentro Universitario) y estudiantes no agrupados que condensamos nuestra energía en un aspecto: aquel de transformar la realidad.

LA UNIVERSIDAD Y NUESTRA CARRERA

Para concretar cambios en el espacio universitario desde nuestra carrera, creemos que es necesario complementar el paradigma en el cual se propone “sacar la universidad a la calle”, de tal manera que los estudiantes salimos del espacio académico para saborear, con asombro, otras realidades propiciando “que la calle entre a la universidad”. Para lograr esto es necesario considerar el sistema educativo en su conjunto a la hora de diseñar la política universitaria con sus respectivas reivindicaciones, métodos y estrategias. Por ello consideramos que, lo primordial es democratizar el acceso a la educación, garantizando el acceso, el sostenimiento y la calidad de la educación para nuestro pueblo, desde el nivel inicial. Debemos construir el modelo de universidad que deseamos en función del rol que pretendemos que nuestra universidad pública, laica y gratuita cumpla en nuestra sociedad. Es de importancia repensar nuestro rol como estudiantes y nuestro accionar político como parte del sistema educativo y al servicio del pueblo.

¿Qué Antropología queremos?

"El hedor entra como categoría en todos nuestros juicios sobre América, de modo que siempre vemos a América con un rostro sucio que debe ser lavado para afirmar nuestra convicción y nuestra seguridad"

Rodolfo Kusch, América Profunda.

El axioma que recorre América Latina, dice Rodolfo Kusch, es aquel del “hedor”. El hedor que irrumpe de improvisto, como una molestia, en la pulcritud. Latinoamérica es, para nosotros, lo que en palabras de Michel Foucault se denomina “un saber sometido”. Es un saber descalificado, un saber jerárquicamente inferior. Por ello, nosotros como estudiantes de Antropología abogamos por una insurrección de los saberes sometidos. Nuestra construcción se erige sobre un presupuesto político: que la producción académica al interior de la universidad ponga en evidencia la dimensión política que exhibe el “hedor” y la resignifique a fin de reconstruir el conocimiento latinoamericano, desde Latinoamérica.

La Antropología que deseamos es una Antropología que se construye en y desde lo latinoamericano. Deseamos – y trabajaremos por– la insurrección de los saberes sometidos. Invertiremos el paradigma que tiñe la ciencia antropológica y lo haremos mirar hacia el sur. El “hedor” americano lo levantaremos como una bandera.

¿Cuál debe ser el rol del antropólogo?

Creemos que el fruto de la Antropología reside en una producción de conocimiento que se inserte en un marco de acción nacional, promoviendo la investigación y trabajo concreto con la comunidad en instituciones públicas a fin de brindar aportes en campos de aplicación, como política, economía, cultura, arte, salud y educación.

¿CÓMO SER PARTÍCIPES DE UN PROCESO MÁS AMPLIO DESDE LA UNIVERSIDAD?

Contexto latinoamericano: la coyuntura que nos interpela como actores transformadores está signada por un presente que nos integra con aquellos con los que ayer padecimos las lágrimas de las derrotas y la sangre derramada y nos encuentra hoy de pie con la dignidad con la que siempre se caracteriza la alegría de los pueblos. Hemos, como continente, superado aquella etapa en la cual los vínculos se erigían a partir de mezquinos intereses económicos y nos encontramos con un renovado interés en la generación de vínculos que trascienden la materialidad y que, por el contrario, se enmarcan en un proyecto político, económico y social conjunto. Acompañamos el proceso de integración, interculturalidad y respeto por la diversidad de expresiones identitarias y, como futuros antropólogos, nuestra apuesta está en asumir un compromiso activo frente a estos procesos de reconocimiento de aquellos que históricamente nos impusieron ver como el Otro. El rol pasivo no se condice con una coyuntura de transformación en movimiento: la Antropología debe construir conocimiento con y desde la diversidad.

Este proceso que, consideramos, construye un nuevo paradigma en la forma de pensarse como continente, no puede explicarse sin la presencia activa de los actores involucrados, entre ellos, nuestro país. En consonancia con los presupuestos políticos y la utopía que toma como guía de acción Nuestra América, el proyecto nacional impulsado desde el año 2003 ha llevado a cabo una serie de cambios que instituyen, para el pueblo, una nueva forma de pensarse como sujetos políticos. Creemos que los avances más importantes residen en la nueva entidad que se le ha otorgado a aquellos sectores sistemáticamente invisibilizados por las políticas neo-liberales y conservadoras. Hoy día tienen éstos la posibilidad de pensarse como sujetos cuya presencia no es indiferente a las políticas estatales. En este contexto, se hace imprescindible pensar nuestra función como intelectuales críticos. Esto requiere que interpelemos a las instituciones oficiales, en aspectos puntuales como la forma en la cual se llevan a cabo políticas concretas y activas. No solo la promulgación de las leyes es importante, sino que de nosotros intelectuales antropólogos depende generar un debate acerca de los alcances y límites de su instrumentación. La asignación universal por hijo, que rompe los esquemas del clientelismo por tantos criticado, al promover la escolarización masiva, es un punto de partida para que nos preguntemos sobre cuál será la situación de todos estos chicos y chicas que hoy en día están escolarizados. Si pretendemos que alcancen también un nivel superior de educación ¿Cómo lograr su inclusión? ¿Cómo trabajar por la interculturalidad y el respeto a las diferencias, tanto étnicas como de género? ¿Qué tipo de política publica podría promoverse para que sea efectiva su inclusión en la universidad?
Frente a las políticas "de la/s memoria/s" y la creación de "Espacios para la memoria" ¿Cómo nos posicionamos? ¿Creemos que la memoria es un fin en sí mismo o buscamos poner el énfasis en el uso que se realiza de esta? En este caso, ¿cómo impulsamos una comprensión de la(s) memoria(s) como acto(s) de rebeldía frente a lo dado, lo no cuestionado del presente? ¿Qué trazos del pasado hacemos a un lado cuando decidimos recordar ciertos hechos o procesos? Creemos que debemos tomar partido en la formulación de estos interrogantes y abrir nuevos para que esta coyuntura social, política e histórica que nos toca vivir no nos pase desapercibida.

Por otro lado, proponemos reabrir debates que cuestionen el nuevo rol de "lo público" en nuestra sociedad. ¿Qué entendemos por público y qué por privado? Eterna pregunta antropológica ¿Cuál es la relación entre lo público y el Estado? ¿Estaba este último realmente "anulado", retrotraído en épocas anteriores o la no intervención constituye también una acción, una decisión activa?

Es AHORA cuando los estudiantes debemos tomar la palabra

La coyuntura permite que un nuevo marco jurídico legal promueva e incentive la labor científica y tecnológica. Dentro de un Estado que incentiva la actividad científica, la producción de nuevos conocimientos y saberes en los campos académicos establecidos, las ciencias humanas deben tener un papel fundamental, es nuestro deber interpelar de nuevo para que las asignaciones de recursos y partidas sean progresivamente mejoradas, con el objetivo de lograr la optimización del trabajo intelectual y generar espacios de debate. La labor crítica del estudiante se realiza en marcos pragmáticos que van acompañados indisolublemente por financiamiento, políticas y desde los estudiantes y para la comunidad, publicaciones, congresos, jornadas, etc. La acción universitaria depende de que tomemos conciencia de que no sólo basta con lo alcanzado: ocupar los espacios es de primordial importancia.

Es por eso que consideramos un eje central de nuestra propuesta destacar solamente los aspectos que colaboran a nuestros objetivos, estos son, la defensa de la universidad pública, el respeto a la actividad académica y la labor científico tecnológica, la creación de un nuevo perfil de intelectual crítico.

Si queremos ahondar en los logros llevados a cabo por este gobierno al interior de nuestra disciplina contamos con: la sanción de la Ley de Patrimonio Cultural en 2009, la ley de protección del Patrimonio Arqueológico (2004) que signa la protección y tutela del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico como parte integrante del Patrimonio Cultural de la Nación y el aprovechamiento científico del mismo y tiene aplicación en todo el territorio de la Nación, la creación del Registro Nacional de Yacimientos, Colecciones y Objetos Arqueológicos. En cuanto a educación, la Ley de Educación Nacional (2006) introduce una respuesta a la problemática relación entre las escuelas y las comunidades indígenas al incluir a la educación Intercultural Bilingüe en tanto modalidad dentro del sistema educativo nacional, cuyo correlato es el cumplimiento de los derechos constitucionales de los pueblos originarios.

Es nuestro objetivo, también, llamar a la reflexión y tener presente que es de vital importancia ampliar las bases de accionar político. Los acontecimientos vividos durante este último cuatrimestre dejan bien en claro la manera en la que se manejan ciertos sectores y los fundamentos retóricos discursivos que manejan con el objetivo de modular a partir de la polarización a la comunidad universitaria. Creemos que es necesario formar parte de la política universitaria para reconstruir los lazos entre docentes, graduados y estudiantes. Tenemos que ser cada vez más los que participemos. El pragmatismo va de la mano de la inclusión de todos a fin de lograr por los canales democráticos establecidos (elecciones e instancias deliberativas varias) una genuina representación, para evitar de ahora y para siempre políticas sectarias y disgregadoras.

Lamentablemente aquellos reclamos legítimos que hacen a las demandas gremiales del claustro estudiantil, como el edificio anexo integrado en el estacionamiento de la facultad, han sido utilizados por el PO y La Juntada de forma arbitraria, ineficaz y poco representativa., presentando una toma de 30 días de la Facultad de Filosofía y Letras como un triunfo de la educación pública, cuando en realidad fue una medida irracional que no hizo más que ocasionar graves problemas políticos, institucionales y culturales.

La toma fue llevada adelante por un reducido grupo de jóvenes frente a los, aproximadamente, 12 mil que formamos Filo. Vaciaron la facultad, dividieron al estudiantado y ubicaron a los docentes injustamente en el banquillo de acusados. Resulta decepcionante que en el marco de un proceso político nacional y regional de intensos debates públicos, el PO y La Juntada, hayan decidido restringir la participación de los estudiantes de Filo, a reclamos meramente corporativos.

Estos acontecimientos que sucedieron este año – la toma de la facultad por 30 días – inevitablemente van a acompañar el proceso electoral y obligan a todas las agrupaciones políticas a establecer un posicionamiento concreto al respecto. La cuestión ya no se basa en seguir discutiendo la toma en sí misma, sino que ahora nos encontramos ante la oportunidad de debatir el tipo de Universidad y carrera que queremos y de como esperamos que se canalicen y resuelvan los conflictos y las demandas del estudiantado.

¡En Antropología tenemos la oportunidad de impulsar con éxito una política novedosa que pueda extenderse a otras juntas! ¡Participemos y vayamos por lo que es nuestro!

Propuestas:

· La promoción de una educación popular, inclusiva, latinoamericana y nacional desde la universidad.

· La necesidad de la divulgación y discusión de trabajos de investigadores latinoamericanos mediante charlas y seminarios e incorporación de sus trabajos en las cátedras.

· La difusión de becas, adscripciones, proyectos UBACYT, congresos, actividades de extensión universitaria.

· Consideramos que la información referente a estos temas no llega al conjunto del estudiantado, lo cual restringe las perspectivas de inserción del estudiante en su campo de interés. La Junta Departamental es un espacio desde el cual se deben difundir estos anuncios a través de carteleras, listas de mails, boletines oficiales y la página de la facultad.

· Impulsar un mejor aprovechamiento de los espacios de la facultad mientras se construye el nuevo edificio.

· Ampliación de la oferta horaria para Arqueología.

· La reforma del plan de estudios: sostener e incentivar espacios y jornadas interclaustros donde se difundan los avances realizados hasta el momento y se debatan los ejes y diferentes propuestas de reforma.

· Investigación:

- Promover la socialización de posibilidades de participación de Proyectos de Investigación, de Extensión o de obtención de becas.

- Organizar instancias participativas donde los estudiantes podamos exponer y socializar nuestras producciones.

- Somos concientes de que parte del éxodo de estudiantes terminales al profesorado se debe a los problemas relativos a la tesis de licenciatura: pocos estudiantes encuentran tema, menos aún consiguen director, menos todavía logran terminarla. Una de las cuestiones a tratar consiste, por lo tanto, en cómo lograr que más estudiantes se interesen y hagan la tesis, que la misma adquiera más valor, tanto para los organismos que la avalan (CONICET- UBA) como para toda la comunidad académica en general.

· Formación Docente: consideramos que la docencia es uno de los aspectos relevantes de nuestra carrera por su inserción en ámbitos y propuestas donde se puede aportar la mirada antropológica en proyectos formativos, críticos y transformadores. Proponemos reforzar el profesorado de Antropología persiguiendo dos objetivos: el primero es aquel que se condice con nuestra perspectiva de lo que la universidad debería ser. Si queremos reforzar el ámbito público para lograr que la educación universitaria sea una herramienta que todo ciudadano pueda utilizar, es necesario reforzar el profesorado para intervenir activamente en la ampliación del acceso a la universidad. Sabemos que la única forma para que “la calle entre a la universidad” es retrotrayéndonos a los niveles que anteceden a la universidad. Alimentando la escuela media, podemos lograr que muchos más chicos accedan a los estudios superiores. Un segundo sentido, consideramos que la Antropología tiene grandes aportes para hacer a la escuela en general.

Ideas para abordar lo anteriormente mencionado:

- Llevar adelante un trabajo interdisciplinario con el departamento de Ciencias de la Educación. Escribir colectivamente un “Manual de ingreso a la docencia” tanto universitaria como de escuela media.

- Exigir una mayor asignación de recursos humanos al profesorado, dado que en los últimos años se ha encontrado desbordado por la cantidad de alumnos inscriptos, a fin de garantizar la calidad de nuestras prácticas docentes.

- Garantizar que todos podamos realizar las prácticas docentes.

· Títulos habilitantes en C.A.B.A.: poner a consideración en la Ciudad de Buenos Aires los títulos de Licenciado y Profesor en Antropología Social para ampliar los espacios curriculares que podemos dictar.

· Información a ingresantes de la carrera (materias, orientaciones, posibilidad de integrar proyectos de extensión universitaria)

· Propuestas de trabajo en el en el Centro de Innovación y Desarrollo para la Acción Comunitaria (C.I.D.A.C.)

· Reglamento de adscripción: la adscripción es nuestra puerta de acceso a la docencia dentro de la facultad, existe una resolución sin mecanismo de selección definido (que sí existe para ayudante). Proponemos incentivar una reforma desde la junta.

¿CÓMO MATERIALIZAR ESTAS PROPUESTAS?

Desde MANA pensamos que para el mejor funcionamiento del claustro estudiantil en la Junta Departamental es imprescindible generar un espacio de reunión y debate constante que sea abierto a los estudiantes tanto de Antropología sociocultural como de Arqueología. El objetivo es que nuestra lista represente a este espacio, para lo cual planteamos reuniones previas y posteriores a las sesiones de junta, donde exista la posibilidad de realizar propuestas, debatir resoluciones, democratizar la toma de decisiones.

Si te interesan nuestras propuestas o tenés inquietudes

Te invitamos...

...a conocer más nuestras propuestas a través de nuestro blog (manafuerzacolectiva.blogspot.com)

...a consultarnos a través de nuestro correo electrónico (manafuerzacolectiva@gmail.com)

...y sobre todo a participar de nuestras propuestas en nuestro grupo manafuerzacolectiva@googlegroups.com

¡Hasta la Victoria siempre, Néstor!




Como parte de un tardío homenaje de este blog, aportamos desde La Simón Rodríguez un par de artículos muy interesantes que salieron a la luz desde el 27 de octubre pasado, cuando falleció nuestro queridísimo compañero Néstor Kirchner, aquel que nos devolvió la esperanza y nos recordó en su accionar aquella maravillosa frase de Karl Marx: "La felicidad está en la lucha".




NUESTRA PALABRA (ÓRGANO DEL PC CONGRESO EXTRAORDINARIO) - 10/11/2010

Hasta la victoria siempre, Néstor!

Pueblo o Corporaciones es hoy la contradicción principal y quien está al frente de esta lucha es la compañera Cristina. Será imprescindible avanzar sin vacilaciones en la construcción de una fuerza política frentista donde puedan confluir con amplitud todos los sectores dispuestos a defender el proyecto nacional.



Mientras el compañero Néstor Kirchner era despedido en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos, ante la atenta mirada de Sandino, José Martí, Salvador Allende, Evita y el Che, una Argentina subterránea emergió repentinamente y pudimos ver en millones de rostros del pueblo una mezcla de honda tristeza, de disposición a defender lo conquistado y de afirmación de las convicciones, aquellas mismas que Néstor no dejó en la puerta de la Casa Rosada y que la compañera Cristina profundizó valientemente desde su primer día al frente del país. ¿Por qué semejante demostración popular?
La decenas de miles de trabajadores que colmaron las calles no olvidarán los millones de puestos de trabajo alcanzados, la derogación de las leyes de flexibilización, las paritarias y la recuperación del salario, el combate a un modelo de especulación financiera que desde el 76 en adelante produjo el cierre de miles de fábricas.
Lo despidieron los millones de jubilados que durante más de una década tuvieron sus haberes congelados, los que estaban afuera del mapa por no tener aportes, los que sufrieron el saqueo de las AFJP hasta la reestatización del sistema previsional en el 2008. Estaban los más pobres que hoy tienen una asignación familiar, los miles que fueron integrados en cooperativas. Fue notable también, muy a contramano de Clarín y los medios masivos, la extensa participación de sectores de la clase media, profesionales, referentes de la cultura y artistas.
La presencia masiva de los jóvenes produjo un acontecimiento dentro de la movilización popular. Luego de la dictadura y la derrota cultural de los ’90, el neoliberalismo había logrado quebrar largas tradiciones de compromiso social y militancia política, sembrando el descreimiento en todos y de todo. Honrando el ejemplo de los patriotas de mayo, de 200 años de luchas y especialmente de los 30 mil desaparecidos, la actitud consecuente de Néstor y Cristina comenzó a cambiar la historia en la generación más joven.
También América Latina lo despidió como a uno de sus mejores hijos. “Hemos quedado huérfanos”, dijo Evo. “Ha muerto un justo, y llorarlo sería poco”, advirtió Chávez parafraseando a José Martí. La derrota del ALCA, la defensa de la Paz y la Democracia en el continente; la lucha por la unidad latinoamericana, contra el saqueo del FMI y el nacimiento de la UNASUR: en cada uno de estos hitos históricos Néstor fue un protagonista determinante, y por eso es hoy un patriota latinoamericano.


Vamos con Cristina 2011

No tardó el establishment en trasmitir a través de sus voceros mediáticos un conjunto de condicionamientos ‘necesarios para la gobernabilidad’, es decir iniciar la transición de retorno al neoliberalismo. No pasarán muchos días para que intenten desestabilizar nuevamente al gobierno nacional. No les resultará tan sencillo, luego del enorme respaldo popular a la Presidenta. Es mucho lo que está juego en la Argentina, es el rumbo antineoliberal iniciado en el 2003, son las innumerables conquistas que nuestro pueblo consagró en la despedida a Néstor Kirchner.
La confrontación con el poder real se expresa hoy en la contradicción Pueblo o Corporaciones y quien está al frente de esta lucha es la compañera Cristina. El respaldo del PJ y la CGT han sido contundentes. Al mismo tiempo, será imprescindible avanzar sin más vacilaciones en la construcción de una fuerza política frentista donde puedan confluir con amplitud todos los sectores dispuestos a defender el proyecto nacional -peronistas y de otras identidades políticas y sociales- y especialmente dar respuesta a los millones en todo el país que manifestaron su voluntad de poner el cuerpo para defender lo conquistado. Agustín Rossi habla con mucho acierto de conformar una gran corriente nacional de la militancia política y social.
Los comunistas integramos el Encuentro de la Militancia Kirchnerista, una construcción que reúne a intendentes, partidos políticos y organizaciones sociales, y que viene realizando un esfuerzo por contribuir a organizar y unificar a diferentes expresiones del kirchnerismo que mayoritariamente no pertenecen al PJ. En esta búsqueda, valoramos la iniciativa del Congreso de la Militancia convocado para el 17 de noviembre, y estamos convencidos de que tendrá resultados positivos en la medida que pueda establecer un acuerdo amplio, sin hegemonismos ni especulaciones secundarias.
El desafío es la defensa y profundización del proyecto nacional, popular y latinoamericanista que transformó a nuestro país. Ello requiere que Cristina continúe al frente de este proceso y es por eso que debemos orientar todos nuestros esfuerzos para garantizar su reelección en el 2011. Debemos empezar a construir esa victoria con la conformación del gran frente nacional y popular con el que compañero Néstor Kirchner tantas veces soñó. Sin dudas, será la mejor manera de honrarlo.


Construir el puente de plata
Por Jorge Pereyra
Secretario General del PCCE

Quisiera recordar a Néstor evocando algún momento donde me tocó ser en cierta manera testigo y en cierta forma un poco protagonista. Me viene a la memoria una reunión que tuvimos con él en la sede central del Partido Justicialista, un encuentro con organizaciones sociales y fuerzas políticas de izquierda -entre las que estábamos nosotros- durante el conflicto por la 125. Néstor realizó una información detallada sobre la coyuntura política y puso mucho énfasis en la cuestión, para él principal, de que con el PJ sólo no alcanzaba para poder afrontar los desafíos que se presentaban para llevar adelante el proyecto nacional, y que era necesario recomponer el nivel de organización de las fuerzas populares desde abajo como sostén y garantía de la defensa y profundización de este proyecto. Esa fue una de las ideas.
Explicó también que él era conciente de que tenía que resolver una etapa, la de atravesar el infierno que vivíamos como consecuencia de dos genocidios en la Argentina: el de la dictadura militar y el neoliberalismo. Presuponía o dejaba claro que quedaban deudas muy grandes para resolver con la Nación, con los trabajadores y con nuestro pueblo. Pero al mismo tiempo era posible producir un conjunto de medidas que mejoraran la calidad democrática y la vida política nacional, y que fundamentalmente modificaran las condiciones de vida de nuestro pueblo y nos instalara en el concierto de naciones latinoamericanas como un protagonista activo en el proceso de integración regional y continental.
Él expresaba entonces la preocupación de que no se generaran exigencias, llamémosle así, que fueran tanto más allá de las posibilidades que presentaba la situación de la cual veníamos y la correlación de fuerzas que existía en nuestro país. Entonces nos dice en un momento: “en definitiva, qué es lo que yo propongo: construir el puente de plata para los futuros cambios de fondo que siguen siendo necesarios en nuestro país.”
En esa misma reunión, cuando terminamos se hace un aparte, Néstor me reconoce y les cuenta a los compañeros que estaban presentes una anécdota ya conocida. Fue en los primeros meses del 76, después del golpe, ya con la dictadura instalada. Mi familia vivía en Tolosa casa por medio de la familia de la Presidenta. Se dio un hecho fortuito, el ejército rodea la manzana y estaba Néstor durmiendo en la casa de Cristina. Cuando ve la situación piensa que se terminó todo, que se le venían encima a él. La cuestión es que venían a buscarme a mí y no me encuentran, entonces lo llevan secuestrado a mi padre que también era un militante comunista. Después van tres, cuatro veces más, allanan en la madrugada varias veces la casa para tratar de ver si me encontraban.
Evidentemente, ese momento generó en Néstor la idea de que estuvieron a punto realmente de ser secuestrados y de desaparecer, de ser parte de los 30.000 desaparecidos en esa noche tan recordada. Hace sólo unos meses Cristina relató la misma anécdota en el Foro de Sao Paulo ante decenas de dirigentes de otros países. Por eso cuando en un acto en el Luna Park nos encontramos y nos abrazamos con Néstor, él me dice al oído, “cuando te veo, se me pone la piel de gallina.” Y yo lo entendí porque es verdad, lo sentí cómo que él, y nosotros y tantos militantes de esa época, somos sobrevivientes de un período que nos cobró 30.000 patriotas en manos del genocidio de la dictadura.


Página/12, 4 de noviembre

El legado de Néstor Kirchner

Por Ernesto Laclau *


A medida que los días vayan pasando, el país comprenderá crecientemente las verdaderas dimensiones de la tragedia que representa para los argentinos la súbita desaparición de Néstor Kirchner. Con él hemos perdido al estadista de mayor envergadura que nuestro país haya producido en los últimos cincuenta años. A él estará siempre ligada la transformación profunda del Estado que la Argentina experimentara a partir de 2003.

Hay que situarse mentalmente en el umbral de aquel año para advertir todo lo que ha cambiado. El 2003 no está tan lejano en el tiempo y, sin embargo, lo que lo precediera parece pertenecer claramente a otra época. El país venía de una serie de experiencias traumáticas: la dictadura militar, con la que, en razón de una serie de leyes y amnistías, la ruptura había sido tan sólo parcial; el neoliberalismo menemista que, a través de sus privatizaciones y desregulaciones, había puesto a la Argentina al borde de la bancarrota; el fracaso estrepitoso del gobierno de la Alianza, que condujo a los estallidos de 2001. Había un cinismo y un desencanto generalizados respecto de la política, que encontraría su expresión en el notorio lema “que se vayan todos”.

Ya las movilizaciones sociales subsiguientes a la crisis –las fábricas recuperadas, la extensión del movimiento piquetero y otros fenómenos concomitantes– estaban preanunciando que el ciclo del neoliberalismo estaba llegando a su conclusión. Pero lo que muy pocos esperaban era que esas movilizaciones fueran a encontrar eco y simpatía al nivel del Estado nacional. Fue contra todas las expectativas que ocurrió el 2003. Al principio, el nuevo tipo de discurso fue recibido con un considerable grado de escepticismo. Se trataba, en la apreciación de muchos, de mera retórica, tras la cual habrían de ocultarse las habituales componendas de trastienda. Pero pronto hubo que rendirse a la evidencia: el nuevo gobierno estaba comprometido con un programa total de reestructuración de la sociedad argentina a sus distintos niveles. Programa que no podía dejar de suscitar la adhesión popular, a la vez que herir intereses creados que se habían consolidado a lo largo de decenios. En poco tiempo pudimos verificar el apoyo brindado por el Gobierno a las organizaciones populares; la decisión de operar, a través de los juicios a los represores, el desmantelamiento de la ESMA y otras medidas similares, la ruptura más radical con el pasado dictatorial que haya tenido lugar en el continente latinoamericano; la reorientación nacional de la economía, en el proceso que va desde la ruptura de facto con el FMI hasta el reforzamiento del Mercosur y el rechazo del plan del ALCA de Bush en la reunión de Mar del Plata de 2005; la democratización de la Corte Suprema y de la cúpula militar, etc. Como es sabido, toda esta corriente profunda de cambio fue continuada y radicalizada a través de una serie de medidas legislativas durante el gobierno de la presidenta Cristina Fernández, que ha representado uno de los esfuerzos más ambiciosos y sistemáticos en nuestro continente por reestructurar al Estado y redefinir sus relaciones con la sociedad civil. Todo esto se ha hecho en el marco de una integración cada vez mayor de la Argentina al espectro de los nuevos gobiernos progresistas de América latina. El país está menos solo que nunca en el pasado.

No voy a entrar a discutir la minucia de este programa legislativo. En los últimos días otros –Mario Wainfeld y Horacio Verbitsky entre ellos– lo han hecho en artículos excelentes. Pero sí quisiera referirme a un aspecto clave, que revela la naturaleza del legado de Néstor Kirchner, a la vez que su estilo particular de liderazgo. Me refiero a las resistencias que toda tentativa de cambio profundo suscita y al coro de infundios con el que las fuerzas reaccionarias pretenden combatirla. Hace unos días, los plumíferos de La Nación caracterizaban al kirchnerismo como “populismo autoritario”. La fórmula misma ya es, desde luego, problemática y ambigua, pero cuando se la usa para caracterizar la situación argentina es doblemente absurda. Un populismo autoritario sólo podría ser uno en el que las masas fueran enteramente pasivas y sometidas a un liderazgo que tomara las decisiones sin compartir el proceso deliberativo con nadie. Esto puede llegar a ocurrir en ciertas sociedades –pensemos, por ejemplo, en el Zimbabwe de Mugabe–, pero cuando esto ocurre, la deriva autoritaria es cada vez menos populista, ya que las masas son sustituidas por pequeños grupos de matones reclutados y organizados desde el poder. En tales condiciones lo que prima es el autoritarismo, en tanto que el populismo se limita a una cáscara vacía, a una interpelación meramente retórica, sin participación activa alguna de las masas.

Ahora bien, cualquiera que conozca mínimamente lo que está pasando en la Argentina, sabe muy bien que en ella se da la situación exactamente opuesta. Todas las medidas legislativas han sido tomadas sobre la base de la movilización autónoma de uno u otro sector de la sociedad. ¿Cómo explicar entonces esta insistencia en los peligros autoritarios del kirchnerismo? La respuesta es obvia. Se trata de crear una cortina de humo, por la que la supuesta “defensa de las instituciones” frente al “avance autoritario” no es sino un burdo intento por defender un statu quo en el que las corporaciones medran, frente al intento de democratizar a estas instituciones desde dentro. ¿Recuerdan ustedes la reunión reciente del Sr. Magnetto con líderes de la oposición para planificar algo no claramente especificado pero que, en todo caso, implicaba a claras luces organizar la confrontación con el Gobierno? ¿Y recuerdan ustedes esa otra reunión, mucho más siniestra, en la que se obligó a Lidia Papaleo a resignar el control de Papel Prensa bajo amenazas de muerte? La misma historia acerca de la sórdida acción del poder corporativo frente a la voluntad popular se repite en todas las instituciones. El gran dilema a ser dirimido en los próximos años, comenzando por las elecciones de 2011, es quién va a prevalecer: la Argentina corporativa del pasado o la Argentina popular que comenzó a emerger con las movilizaciones de 2001, que se consolidó en 2003 y que desde entonces ha ido ganando batalla tras batalla.

Es en el umbral de esta confrontación que el nombre de Néstor Kirchner permanecerá siempre como un signo liminar y señero. Ya no será una bandera para las luchas, pero se ha transformado en algo más importante: en un símbolo para las conciencias. Quiero recordar tres aspectos de su obra y de su mensaje. El primero es que fue uno de los demócratas más radicales que la Argentina haya producido en años recientes. Nunca intentó imponer una voluntad burocrática, sino que siempre buscó en las movilizaciones espontáneas de los grupos de base los aliados naturales a través de los cuales pensar, repensar y matizar su proyecto. El segundo es que nunca hizo una interpelación fácil a masas inestructuradas, sino que comprendió que, en las complejas sociedades contemporáneas, cualquier proyecto de cambio tiene que pasar por la transformación interna de las instituciones. No sé si Néstor habrá leído a Gramsci, pero en todo caso su acción política muestra algo que es profundamente gramsciano: la comprensión de que, en las sociedades contemporáneas, no hay populismo fácil; que, sin la mediación institucional, no hay proyecto político coherente. En tal sentido él mostró, a través de su acción política, algo que siempre pensé: que entre institucionalismo y populismo siempre hay una compleja negociación, los resultados de la cual presentarán matices distintos en diferentes sociedades.

Hay, finalmente, una tercera dimensión que es decisiva para entender el legado de Kirchner: su firmeza de acero, su compromiso total con las causas que abrazaba. Era un hombre de lucha, no de transacciones. Esto es lo que indignaba a sus detractores y lo que denominaban su tendencia “a doblar la apuesta”. Creo que se trataba de algo más importante que eso. El tenía perfecta conciencia de la naturaleza de las fuerzas con las que se enfrentaba, y sabía que sólo una voluntad inquebrantable sería capaz de confrontarlas.

¿Qué nos queda por hacer ahora, hacia adelante, después de Néstor? La respuesta es clara: proseguir su obra y completar su tarea. El nos ha legado objetivos que son más vastos que su vida y que la nuestra y que incluyen a todo nuestro continente. América latina ocupará su puesto en esta marcha general de los pueblos que habrá de conducir, desde la barbarie neoliberal, al establecimiento de formas justas, libres y racionales entre los hombres. Ya hemos oído estos últimos días las voces melifluas y viscosas de aquellos que, restregándose las manos de satisfacción, dicen que ahora Cristina está sola y tendrá que contemporizar con la oposición. Los que eso piensan van a encontrarse con una sorpresa. En primer término, parecen no conocer el temple de nuestra Presidenta, cuya determinación militante se ha mostrado en todas las pruebas –muchas duras– que debió pasar durante su gobierno. En todas las circunstancias mostró una claridad de propósitos y una determinación en su ejecución que la coloca en situación de total paridad con su predecesor.

En segundo lugar, Cristina no está sola. Ha perdido, es verdad, al compañero de su vida y la acompañamos todos en su dolor. Pero la acompaña también todo un pueblo, el cual se ha manifestado en los últimos días en una de las expresiones de pesar colectivo más inmensas –quizá la más inmensa– de la historia argentina. Debemos hacerle a Néstor, en las palabras de Antonio Machado, “un duelo de labores y esperanzas”. Cada fábrica, cada escuela, cada hogar, deben erigirse como la expresión de la voluntad colectiva de que la llama que se encendió en 2003 no se extinga jamás. Que todos los argentinos nos identifiquemos con aquellas palabras que José Gervasio de Artigas pronunciara en su lecho de muerte: “Amanece, ensíllenme el caballo”.

* Profesor de Teoría Política (Universidad de Essex).



Perdón Flaco

Por Pablo Llonto. Lo que te puteamos Flaco. Las cosas que dijimos de vos cuando en la imbécil tentación del engreído revolucionario decíamos de vos, el monigote de Duhalde.

Las marchas que te hicimos. Queríamos decirles a los argentinos que estabas dilapidando nuestra plata dándosela en bandeja al FMI.

Cuántas palabras envueltas en desprecio y sorna. Instruidos en las sabias esgrimas marxistas, enumerábamos los siniestros enemigos de los que te rodeabas. Casi, casi, te ordenábamos que fueses puro. Como nosotros.

En los rudos textos, en las vehementes intervenciones radiales, despedazamos tus confusas relaciones con el poder. Claro que sí, qué otra cosa era un hombre saludando a Bush con una sonrisa. No prestabas atención a nuestra pedagógica manera de llevar adelante el protocolo.

El propósito era que nos escuchases. Que leyeras nuestros volantes, nuestros afiches, nuestras banderas. Tenías que hacerte, de un día para otro, justiciero expropiador de todos los sinvergüenzas.

Tenías que rendirte ante nuestras luchas.

Queríamos ser testigos de un milagro que honrara a nuestros santos leninistas: la conversión acelerada de un político burgués a tigre trotskista, como aquel que posa en nuestros posters.

Queríamos verte echando a todo tu staff, tus ministros, tus amigos, tu familia, desprendiéndote de cuentas bancarias, bienes, alquileres. Si era posible Flaco, tenías que tirar los mocasines y la birome Bic. Y desafiliarte del PJ.

Un día, Flaco, nos enteramos que hablabas en la ESMA. Que entrabas allí con las viejas y con los hijos. Pedazo de oportunista, dijimos. Luego, procuramos escuchar bien aquello que decías.

"Como presidente de Argentina, vengo a pedir perdón en nombre del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades".

Carajo. Exasperabas nuestra incredulidad eterna. De pronto, un presidente argentino, de la Casa Rosada, les pedía perdón a las Madres; a las mismas Madres que un tiempo atrás (diciembre 2001) habían sido gaseadas, mojadas, arrojadas a caballos por los infames de la Casa Rosada.

Ebrios de indiferencia, pensamos que debíamos aplaudir ese gesto, no más de 24 horas.

No podíamos ser aventurados en el elogio. No tolerábamos que no cumplieras, una a una, todas nuestras utopías.

Ni cuando aprobaste la jubilación para los que no tenían aportes. Incluida nuestra vieja, y nuestra suegra.

Ni cuando le brindaste a Chávez, y a otros, el escenario adecuado para mandar a la misma mierda, el asesino ALCA.

Ni cuando le sacaste el fútbol de las manos al pulpo eterno.

Ni cuando quisiste poner un poco de justicia con la 125 cumpliendo tu máxima peronista de llegar al fifty fifty.

Ni cuando desafiaste a Clarín y sus tentáculos.

Ni cuando ideaste el final del monopolio de Papel Prensa.

Ni cuando impulsaste el matrimonio igualitario.

Ni cuando te enojaste con las claudicaciones de la ex intachable Corte.

Ni cuando apagaste las privatizaciones de Aerolíneas, el saqueo de las AFJP, el choreo macrista del Correo.

Ni cuando te extenuaron los impostores, los Alberto Fernández, los Lavagna, los Solá, los Cobos, los Pedraza.

Ni cuando apoyabas una ley que resolviera un cacho de participación en las ganancias.

Ni siquiera cuando tu última opinión sobre los burócratas sindicales contenía una frase premeditada: “hay que dar con el último de los autores intelectuales del crimen de Ferreyra”.

Ahora que estás en Santa Cruz, rodeado de los combativos mineros de Río Turbio que adorábamos en los 90, ahora es como un poco tarde, Flaco.

Queríamos decirte simplemente que los anarquistas somos, a veces, muy de vez en cuando, un laberinto de contradicciones. Y que pensábamos votarte.

Era nuestra mínima y secreta manera de pedirte perdón.